En la cocina, la sal se utiliza principalmente para sazonar los platos. Este ingrediente, cuyo abuso está contraindicado en preparaciones culinarias, también puede ser un gran aliado para la limpieza. 100% natural, este ingrediente reemplaza a la perfección ciertos productos químicos, como el bicarbonato de sodio o el vinagre blanco. ¡Solo mézclalo con agua para un efecto espectacular!

 Hay varias formas de usar la sal. Además de su uso en la cocina, este ingrediente natural resulta ser un excelente limpiador. Diluye una buena dosis en agua y déjate sorprender por su increíble acción. Para utilizarlo como producto de limpieza, es recomendable hacer primero un repaso a sus múltiples propiedades.

La sal es un gran limpiador: cuando no tienes a mano una solución natural como vinagre o bicarbonato de sodio, siempre puedes combinar sal y agua para descalcificar grifos, eliminar malos olores y destapar fregaderos. Para hacer esto, hierva 2 litros de agua y luego agregue sal gruesa. Verter la mezcla en el fregadero y dejar actuar unos minutos. Luego enjuague las tuberías. Para una acción en profundidad, añade vinagre blanco a esta solución. También es posible verter sal gruesa directamente sobre las superficies, dejar actuar antes de frotar con una esponja.

La sal es un desinfectante natural:  Además de sus propiedades limpiadoras y desengrasantes, la sal es un ingrediente fundamental para eliminar las bacterias y el moho presentes en las superficies. Para ello, basta con verter media taza de sal fina en un balde lleno de agua caliente. Usando un trapeador, limpie su piso. Así,  tus superficies de madera o tus azulejos  recuperarán todo su brillo. Para mayor eficacia, no dudes en añadir jugo de limón a tu agua salada.