Cómo cultivar albahaca: ¡los errores más comunes y cómo solucionarlos!

Cuando llegan los primeros días de sol, las ganas de comer algo fresco y ligero, como un buen caprese, se vuelven abrumadoras. Cuando vamos al supermercado a comprar todo lo que necesitamos, sin pensarlo, compramos también una planta de albahaca.

Cómo cultivar albahaca

Una vez que lo lleguemos a casa, ya podremos vernos usándolo prácticamente en todas las comidas. Pero muchas veces muere antes de darnos todas las hojas que necesitamos.

No es imposible alargar la vida útil, basta con unos pequeños ajustes.

Cómo cultivar albahaca: ¡los errores más comunes y cómo solucionarlos!

Regular el riego

Una de las razones más comunes de la muerte de la albahaca son los errores de riego. La tierra debe estar siempre húmeda, pero nunca demasiado mojada. No utilizamos platillos. Cuando la planta aún es muy pequeña, la ajustamos metiendo un dedo en la tierra para saber qué tan húmeda está. Una vez que ya ha crecido le damos de beber un poco de agua todos los días para evitar el estancamiento.

Quitamos las flores en cuanto aparecen.

Cuando la planta comienza a producir flores, estas absorben la mayor parte de los nutrientes y las hojas crecen mucho menos. En cuanto las veamos brotar las cortamos con unas tijeras desinfectadas. Eliminamos sólo la inflorescencia, no todo el tallo.

Estemos atentos a las hojas.

La albahaca puede ser atacada por parásitos. En cuanto notemos que hay pequeños insectos en las hojas, primero los retiramos con cuidado con las manos o con un cepillo. Sin embargo, tengamos cuidado de no arruinarlos.

Si notamos que las hojas tienden a pudrirse, probablemente nuestra albahaca necesite más luz, cambia de lugar y volverá a estar perfecta.

Cortamos la albahaca correctamente

Cuando podamos la planta, seleccionamos los tallos sobre los que crecen nuevas hojas, cogemos los tallos por la parte superior e intentamos cortar lo menos posible, siempre utilizando unas tijeras esterilizadas.

Almacenamos las hojas cortadas correctamente

Para evitar desperdicios y no tirar demasiadas hojas sin motivo, intentamos adaptar la recogida de las hojas al uso que les vamos a dar. Si recortas el exceso de material, guárdalo envuelto en una hoja de papel absorbente en el frigorífico. Podemos usarlos en dos días. En caso de que no estemos seguros de necesitarlos inmediatamente, después de lavarlos y secarlos, meterlos en una bolsa para alimentos y meterlos en el congelador. Cuando las recogemos antes de usarlas, procesamos un poco la bolsa para que ya queden trituradas y listas para usar.

¡Sigamos estos cinco consejos y alargaremos la vida de nuestra planta de albahaca!