Wisteria nos da flores trepadoras particularmente exuberantes, especialmente en primavera. Con colores matizados y ricos tonos que van desde el lila más claro hasta el púrpura más oscuro, tiende en particular a continuar con sus ramas hacia arriba para ir sobre paredes rocosas o reseñas de residencias y villas. Hoy te contamos sobre la poda de glicinias y cómo se debe hacer correctamente. Sigue nuestros consejos para conseguir una floración muy exuberante y próspera.




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Poda de glicinias: cómo hacerlo correctamente

La poda de glicinas es esencial para tener una floración vigorosa. Por lo tanto, es aconsejable proceder al menos dos veces al año: al comienzo de la primavera y en verano. Para que el trabajo de poda se haga bien, para tener una floración tan exuberante, es necesario proceder correctamente. Hay que cortar las ramas para que queden dos de cada cuatro cogollos, para que los dos cogollos se desarrollen por completo, dando la floración en todo su máximo esplendor. Recuerda que el corte para podar la planta debe hacerse de forma oblicua y que no dañe el cogollo. Todo ello evitará que el agua de lluvia penetre en el interior de los arbustos, preservando además a la planta de ataques de hongos o moho. Para asegurarse de que la glicinia también se estimule para la floración después del verano, es necesario realizar una segunda poda que, como ya he comentado, debe realizarse en verano. El período ideal es el mes de julio. En este caso, tu atención estará en podar las partes de las ramas más largas de la planta donde no haya brote.

Cómo cuidar las glicinias

Cultivar y cuidar glicinias no es difícil. Se adapta bien a cualquier terreno y lugar. Es esencialmente una planta trepadora. Barandillas, muros, marquesinas, pérgolas son su pasión. Wisteria es muy resistente a las temperaturas, especialmente a las rígidas. Si la planta se cultiva en maceta es importante limitar su desarrollo en altura, por lo que será recomendable realizar más podas para evitar que las raíces se extiendan y ocupen el lugar de la maceta contenedora. Además, a medida que crece la glicinia, será necesario trasplantar la planta e incluso varias veces durante su vida. En cuanto al riego, en verano será semanal y abundante; mientras que en invierno también puede ser ocasional. La curiosidad por las glicinias está indicada por la floración, que tiende a colgar.